24 noviembre, 2007

Relaciones y mentiras

Hace meses y meses que no me pongo reflexiva. He dejado pasar ocasiones jugosísimas (el Porque no te callas, el divorcio de la infanta, la refundación del catalanismo, las obras del AVE y varios comentarios pperos y psoeros que hubieran sacado lo máximo de mi capacidad para hacer reír). Pero así es la vida. El día que me siento, no es para darle caña a nadie con esa acidez que es marca de la casa, sino para reflexionar sobre las mentiras. Me pongo pensativa. Es, como siempre, consecuencia de varias coincidencias en un corto periodo de tiempo, que me recuerdan que hace tiempo que no os doy "food for thought".
Las mentiras que me llevan a esta refexion son de las que dan vueltas concéntricas como buitres carroñeros sobre la confianza naive de la que suscribe. Puedo ser todo lo irónica, sarcástica, dura, ácida que os imaginéis, pero me salva, que creo en la inocencia de las personas. Creo lo que me dicen sin pestañear. No comprendo porque alguien debería mentirme sin motivos, y así me va. Me doy cuenta de que suele suceder al revés, todo el mundo miente a no ser que no tenga motivos. Terrible. Y cómo hago yo a estas alturas de mi vida para cambiar de parámetros calibradores de la veracidad?
Y me da que pensar porqué la gente miente. Quizás sean porque ellos mismos creen sus mentiras? Ahí es donde se complica mi pensamiento. Quizás no sea falta de honor a la verdad, sino falta de honor al compromiso, ese bien escasísimo en nuestro mundo. Uno dice que hará algo, porque en realidad, en ese momento, de verdad le apetece. Así, sin más, lo suelta. El tema es que lo dice sin intención de atenerse a la palabra dada. Parece que nadie les enseñó que cuando se dice "voy", hay que ir. Que cuando te sirves más de lo que puedes comer en el plato, hay que comerlo aunque te duela la tripa para aprender a medir los deseos y la capacidad propios frente a la gula y el deseo de tenerlo todo.
Es quan dormo que hi veig clar (creo que es de Pere IV? o de Espriu?), para mí es más, és quan escric que hi veig clar. Supongo que a esos adultos nadie les dijo de niños que era feo quedarse con los juguetes de los demás, sólo "por si me apetece jugar más tarde" y privar a los compañeros de la felicidad de ese juego. Les criaron en el "mira por tí, porque nadie lo hará mejor" y los idiotas que todavía creemos en lo de que el hombre es bueno y generoso por naturaleza, sufrimos los desplantes, engaños y desatinos de los malcriados. No creo que eso se pueda cambiar pasados los 30.
Porque si añadimos a mi lista de defectos el egoismo y la desconfianza, me convertiría en una persona mezquina y despreciable.

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La tía Julia y el escribidor, Mario Vargas Llosa, 1977

A pesar de lo malsonante de la palabra "escribidor", no puedo más que hacer una GRAN reverencia ante el otro gran maestro de la literatura latina (el otro el García Márquez, para los de memoria corta o amistad reciente). QUE BUENO. Me lo he zampado sin respirar. Si es que Vargas Llosa es bueno hasta escribiendo telenovelas! De hecho, los capítulos de radionovelas son infinitamente mejores que el resto del libro, pero es de alabar la capacidad de mantener dos voces narrativas tan diferenciadas a lo largo de casi 500 páginas. El libro es una lección de como escribir. De mayor, si algún día me decido, quiero escribir como el Boliviano, como Pedro Camacho, personaje con reminiscencias de Owen Meany. Si Owen hubiera llegado a adulto, quizás hubiera sido como Pedro Camacho: un loco ilustrado, cándido y adorable, a pesar de sus rarezas.
La parte autobiográfica es interesante, por lo que aporta al conocimiento del autor. A veces me gusta leer algo de autobiográfico de mis autores favoritos, ayuda a entender sus novelas y sus referencias, aunque a veces preferiría no entender y pensar que poseen una fantasía desborante y sin límites.
Para los que se hayan iniciado con Vargas Llosa siguiendo mis recomendaciones de la Fiesta del Chivo, que sigan con este, para conseguir un proceso de enviciado completo.

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12 noviembre, 2007

Ramona, adéu, Montserrat Roig, 1972

Sempre que apareixo per la FNAC faig la mateixa crítica, però és veritat: el català es mor perquè el deixem morir. Vull dir que a mi tant me fa llegir un llibre traduït al català o al castellà i el que em guia és el preu (sóc així de prosaica i poc patriota). Resultat, que quasi no llegeixo en català, que se m'oblida l'ortografia de l'idioma que em surt del cor i acabo escrivint millor en castellà. Però no em dono per vençuda i cada vegada faig una batuda per la secció de butxaca en català (un parell d'estanteries mal abastides) i la darrera vegada hi vaig trobar un llibre assequible de Montserrat Roig. No el vaig comprar conveçuda. Havia llegit alguns articles d'ella i l'havia vista per la televisió i no m'havia captivat. Admeto el meu error: m'ha agradat molt "Ramona, adéu". Especialment les dues parts més històriques (de ppis de segle i de la guerra). I m'ha sorprès l'estil, el risc, la valentia per una primera novel·la adoptant una forma diferent. Recomanable.

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