16 diciembre, 2007

Promesas del este

Hechas de nuevo las paces con mi estado natural (la soltería), tumbo el último muro de reticencia y me decido a hacer una de las pocas cosas que no hacía sola: ir al cine. Joer, si voy a tener hijos sola, porque no puedo ir a ver una peli que me apetece ver, sólo porque no hay con quién ir? Escrito así, parece hasta ridículo! jajaja! Así que he decidido volver a deleitaros con las críticas cinematográficas que ya debíais echar de menos y francamente, no podía empezar mejor mi decisión. Me alegro de haber sido valiente (y de seguir siéndolo!) porque veré todas las pelis que siempre se me pasan. YUHU!
La primera experiencia ha sido alucinante (no la experiencia en sí, me refiero a la peli!). La palabra en inglés es "shaken". Sales del cine, que casi te tiemblan las piernas. No es una exageración, me quedé muerta. Buenísima la película. Buenísima de las buenísimas de verdad. Una película de casi dos horas que no se hace larga, que te atrapa, que te conduce, que te sacude, que te da caña, leña moral de la buena, sobre la bondad y la maldad, sobre la crueldad y la compasión, sobre la vida y la muerte, en resumen.
Promesas del este, es como un buen libro de Auster de los antiguos: no escatima tristeza ni momentos duros cuando son necesarios, pero destilan una atmosfera suave, dulce, que te permite ver la poesía y la belleza en cualquier situación. Gracias por la lección. A veces se nos olvida que todo en la vida tiene un "bright side" si sabemos encontrarlo.

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