03 febrero, 2006

Encontrar o elegir?

Hay quien dice que el amor "lo encuentras cuando menos te lo esperas", hay quien piensa que en esta vida, las cosas que necesitas hay que empujarlas un poco (son los seguidores fanáticos de "La Buena estrella" que van con el portátil y el libro en la mano, con la portada hacia afuera para que se vea que son ejecutivos de tomo y lomo). Y es que hacía mucho tiempo que no filosofaba sobre uno de mis temas favoritos: las relaciones entre géneros. Pero a raíz de mis conversaciones en India, he descubierto paralelismos inquietantes entre el modo de buscar pareja en ambas sociedades. Similitudes que saltan distancias culturales, tecnológicas y sociales. La gran igualdad evidente de que a los jóvenes de todos los tiempos y de todas las culturas se nos da fatal encontrar pareja (será defecto genético de la raza humana? O será eso del libre albedrío, que en realidad es un pan en el ojo elector?). Como no es el objetivo de hoy analizar la causa sino la consecuencia, dejo ese capítulo para otro día.
Y porqué digo que se nos da mal? Porque cada sociedad ha desarrollado mecanismos para evitar que la caguemos. Algunos más eficaces que otros, pero todos con el mismo objetivo: ayudar en la elección. Ejemplo práctico núm 1: las páginas de contactos en internet. Básicamente se trata de saber obra, vida y milagros del candidato antes de cruzar palabra. Así puedes descartar los que no cumplan con la imagen que cada uno tiene de su "pareja ideal". Ejemplo práctico núm 2: los padres de los chicos indios hacen una pre-selección de candidatas que consideran adecuadas para su hijo. "Adecuada" se define según edad, peso, altura, familia, casta, trabajo, habilidades, etc. O sea que se descartan a las que no cumplen los requisitos de la "esposa ideal". A partir de estas dos situaciones el proceso difiere en la forma según la libertad sexual del país, pero no en el fondo. Primero, una sucesión de descartes: a algunos ni los llegan a conocer porque no les gusta la foto, a otros porque no hablan 3 idiomas, a otros porque son bajitos, otros porque son gordos, otros porque no saben coser, o hacer el pino en la bañera. Al final se obtiene la terna de finalistas. En la red, el ganador se decide por conversaciones de chat, intercambio de emails, incluso llamadas por telf. En general, no hay reunión en directo si no se supera la fase digital. En la India, la finalista se decide en función del currículum presentado y luego en una cita con las familias presentes (el insultante valor de la virginidad!!) y a partir de ese momento los prometidos se pueden hablar, escribir, llamar, pero no se pueden ver (algunas contadas ocasiones y siempre con carabina). De ese modo, la pareja se enamora en la distancia y no en el contacto físico, igual que las relaciones internáuticas. Se inicia un ritual casi animal de excitación, anticipación, imaginación, expectación, ansiedad y anhelo del contacto físico.
Y finalmente llega el gran día (ya sea en la noche de bodas, o en la primera cita, depende del grado de aceptación del sexo como parte de uno mismo y no como una perversión satánica). el día en que todos los delirios construidos en soledad, se encuentran de frente con la realidad. Es como el choque de dos trenes a 500km por hora: destructor. Es el momento culminante de mi teoría de la futurización vs la mundanal humidad. Nada es como imaginaste. Pueden pegarse los pedacitos, pero siempre se verá el super-glue3.
Personalmente, prefiero la dificultosa manera tradicional de "encontrar" en vez de "elegir", al menos sabes de buenas a primeras con quien tratas y lo más sorprendente: la gran mayoría de veces, el candidato no cumple ninguno de los pre-requisitos que usarías para construir la lista de finalistas. Nunca les hubieras elegido, sin embargo les has encontrado. Viendo el título de mi blog, no es de extrañar que crea en las casualidades e ironías de la vida, pero como siempre admito, es mi personal, egoista y refutable versión de la verdad. Buen finde de encuentro a los buscadores!

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1 Comments:

At 07 febrero, 2006 16:29, Anonymous Anónimo said...

Interesante reflexión.
Pero que sepan todos los lectores de este blog, que despues de muchos "elegidos" y otros tantos "encontrados" debo decir que he descubierto que los hombres son como los bonsais... envejecen pero nunca crecen! asi que por mi parte...RENUNCIO!
Miss panela

 

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