23 enero, 2006

La riqueza de los pobres (parte 2)

Después de visitar el Taj Mahal y el palacio de los reyes (sultanes?) la único que me venía a la mente era: cuántos miles de personas morían de hambre todos los días para que ellos vivieran a este ritmo? Jardines ornamentales en una zona donde el agua es un bien escasísimo, construcciones de mármol que hay que traer a lomos de burro desde 400 kms, harén completo, varias esposas, múltiples hijas y 5 hijos varones. No es de extrañar que el más listo de todos, decidiera cortar por lo sano: mató a sus 4 hermanos , encarceló a su padre en una ala del palacio, desde donde podía ver el Taj Mahal y canceló las obras de un segundo Taj Mahal negro que se había iniciado como cripta funeraria del rei encarcelado. Supongo que comprendió que tanta tumba de lujo le iba a dejar sin una miserable rupia.
Impresión que me llevo del Taj Mahal? Impresionante, la verdad, pero de nuevo, me había imaginado más. Tanto bombo y platillo hace que me desilusione. Lo que sí quedará asociado en mi memoria a este monumento es un olor a pies no lavados durante semanas. Como es una tumba y mezquita, uno debe dejar sus zapatos fuera. Ahora voy a ser muy políticamente incorrecta, pero así os haceis a la idea perfecta: si los pakis de barcelona huelen así vestidos, os podeis imaginar como huelen sus pies sin zapatos a una temperatura de 24ºC y en un lugar cerrado donde hay como 10.000 de ellos todos juntos? No añado comentarios, lo dejo a la imaginación de cada uno de los lectores.

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