Momentos felices
Que tonto es a veces sentirte feliz, no? Son momentos que no tienen nada de especial, como estar sentada en un banco comiendo chuches con alguien a quien quieres. Es así, un mili-segundo en que abstraes de ti misma y piensas: ojalá pudiera sentirme así de tranquila en todos los momentos de mi vida, ojalá ni hubiera ni penas ni complicaciones, y todo de redujera a decidir si me como una mora o una mini-cocacola. Y poder meter la mano en la bolsa de chuches de la contraria sin que ella ni se altere. Quizás la felicidad sea eso: tener tal nivel de simbiosis con alguien que ni ponga atención a lo que haces, que te conozca tan bien que casi adivine tus movimientos antes de que los hagas y se acomode para no interrumpir la trayectoria de tu mano.Me robo una frase del argentinito: hay un nivel de simbiosis al que sólo pueden llegar dos mujeres. Puede ser que ese sea el secreto de la felicidad: la simbiosis no parasitaria, que puedas meter la mano en su bolsa de chuches y ella en la tuya sin alterar la conversación ni siquiera la postura de ambas.
Etiquetas: (se)me ocurre
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