27 diciembre, 2005

No logo, Naomi Klein, 1999 (2001 al español)

No todos los clásicos que hay que leer fueron editados antes del sXIX. Hay Clásicos de nuestra era que también vale la pena leer para intentar tener una opinión al respecto. Es como cuando voy a ver una peli de la que todo el mundo habla, para ver qué me parece a mí. Las razones de comprar No Logo fueron las mismas. Tanto hablar, tanto polemizar, tanto interpretar este libro me provocaron ganas de ver qué era exactamente.
Qué es? Un tocho de libro, encima mal escrito, pero de contenido francamente interesante. La primera parte es una historia de la publicidad moderna, y como yo no sé nada de nada sobre publicidad, se me hizo muy entretenido. En conjunto, es un excelente disección de la nueva ola de estrategia empresarial: la que reza "lo más importante es reducir el coste" (porque les es imposible ser creativos para generar más valor). Tengo que admitir que leer esto en medio de un Expediente de Regulación de Empleo para llevarse nuestros trabajos a sitios de menor coste, sencillamente por el hecho de que sean de menor coste en los próximos 3 años como máximo, tiene mucho que ver en el interés que le he puesto. A veces una lee ciertos libros en el momento adecuado por mera casualidad. Esto me sucedió con No Logo. Estaba librando una batalla sin acabar de entender el contexto general y a medida que avanzaba hacia la página 500, también veía mucho más claro el entorno globalizador que llevaba a mi empresa a LA decisión.
Naomi Klein podría haber dicho lo mismo en 300 páginas y hubiera sido más efectivo. Le falla la capacidad de síntesis y relación entre las ideas. Es difícil seguir su línea argumentativa desde la supra-importancia de la publicidad hasta las legiones de anti-globalizadores de Seattle, pasando por las zonas de producción a bajo coste de Asia. No acabo de casarme con su visión optimista de la anarquía que reina dentro de los movimientos anti-globalización, porque con la presente estructura de acciones, no pasan de ser una "guerrilla toca-huevos". Tocar mucho los innombrables puede ser una buena estrategia de incordio, pero no ofrece alternativas a los problemas del mundo en que vivimos.
Después de haberme leído el libro entero, creo que para que un movimiento llegue a cuajar en la clase media y se haga realidad, necesita dejar de definirse como "anti-algo" y convertirse en "pro-algo", pro de propuestas. El mundo no va a cambiar de opinión por un discurso pepero de "todo lo hacen mal, son tontos y no tienen ni idea", hay que crear, proponer, financiar, hacer crecer, abonar, regar, etc. sino, la anti-globalización seguirá siendo una mosca cojonera que revolotea alrededor de los deshechos del animal, sin tener fuerza para retirarlos.

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