24 septiembre, 2005

Harry Potter y el orden del Fénix, JK Rowling, 2003

Siempre que alguien me pide que le recomiende un buen libro para un viaje, le respondo lo mismo: "vete con Harry" (que no es como irse con Dios, pero creo que es bastante más entretenido). Los libros de Harry Potter son un verdadero milagro del entretenimiento en su estado más puro. Son sencillos de leer, te enganchan, están bien narrados, tienen excelentes personajes y te hacen reír. Qué más quiere alguien para un viaje transatlántico? yo no puedo pedir más. Me leo un Harry en cada viaje. Es mi mejor compañero de momentos de espera en aeropuertos y sillas incómodas de vuelos 747.
No digo que sea una super-fan de Harry. No hago cola para leer la última entrega en inglés en cuanto salga, pero me gustan y los leo sin prisa. Harry tiene su momento y es dentro de la cabina despresurizada de un avión destino a américa. En cualquier otra circumstancia, creo que Harry me aburriría un poco. Eso sí: siempre en versión original para no perder ni un gramo de la fina ironía inglesa de esta autora maravillosa que ha conseguido volver a poner de moda la lectura entre los jóvenes. Nunca tendré suficientes palabras para agradecerle ese logro. En este mundo en que todos los heroes salen por la tele JK Rowling ha logrado crear un heroe que vive en nuestra imaginación como los de antes y que se adapta a las necesidades de cada niño. Gracias por permitirnos seguir soñando.

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