23 diciembre, 2008

Villa diamante, Boris Izaguirre, 2007

Lo compré por curiosidad (como todos los libros, pero esta era una curiosidad un pelín más morbosa de lo habitual). Cómo hace un contertulio de las 4 de la tarde quedar finalista del Planeta? He oido hablar a Boris y sé que no es tonto de remate, pero de ahí a ser buen escritor... En fin que ahí me puse: a darme motivos para opinar.
Las primeras 100 páginas me dejaron de piedra: tiene un estilo, muy en la línea de realismo mágico, más Vargas Llosa que García Marquez. Pero a medida que iba avanzando la novela, se convertía en más Isabel Allende y menos Vargas Llosa (por lo irreal de toda la situación, por lo pillado por los pelos que es el argumento, para permitir encajar a los personajes y que no se mueran; cuando sería su destino habitual siguiendo la lógica de sus propios actos. Pasada la mitad de la novela, quizás tres cuartos, llega el desmadre. Es algo frecuente en los autores latinoamericanos que enmarcan sus novelas en las épocas de dictaduras de la segunda mitad del siglo pasado: se pierden por intentar meter la política en una historia cotidiana. No entra. Para mí gusto, creo que el personaje de Ponti sobra. Podría haberlo dejado en un nombre, en un símbolo, y hubiera funcionado estupendamente. Me sobra esta historia de amor pseudo-filial/ carnal. No le veo más que aportar la comparación de los vampiros que me parece excelente, pero eso podría haberlo hecho sin aparecer físicamente en la historia de los protagonistas. El círculo queda cerrado con los venezolanos. El italiano no tiene cabida ahí.
Se deja leer. Viendo que es la cuarta novela de Boris, igual debería leer otra antes de emitir juicio sobre su evolución, pero de momento tengo muchas cosas acumuladas. Quizás en el 2009.

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