Mentiras
Mis padres hicieron grandes esfuerzos para desenseñarnos a mentir. Eso ha tenido efectos buenísimos (somos personas consideradas honestas, confiables, rectas, serias) pero también efectos no tan bonitos: no sé mentir, así que se me ve a la legua cuando lo hago, a pesar de que con los años he vuelto a aprender lo desaprendido. Conclusión: creo que ahora vuelvo a poder mentir de un modo bastante decente, pero no puedo evitar la culpa de saber que está mal. Son esas culpas (támbién apodadas principios) que nuestros padres nos graban a fuego en la infancia y que nunca se borran.Así que hora puedo mentir pero me siento fatal haciéndolo y me toca comerme la cabeza. Lo peor es que como tengo tiempo, soledad y connexión, termino dándoos la paliza en el blog. Como es de lectura voluntaria, el que se aburra que se conecte al facebook.
En estos últimos meses de mi vida he mentido tanto (y lo que me queda, que ni siquiera he empezado y ya estoy rallandome!) que me pesa. Me pesa porque cada palabra que sale de mi boca cuando habla no-yo significa otra cosa de la que todos entienden. A veces me apecería contar la verdad, pero una debe cuidarse hasta identificar aliados fiables. Se hace dificil hablar de futuro y no poder comentarlo como la que suscribre, sino como "la otra" (la que no soy yo, pero que parece que es más sociable y menos tía-chula, la precabida que piensa lo que dice). Quizás es porque llevo muchos días sin poder comentar planes de futuro abiertamente y como el futuro se acerca a pasos agigantados, me rallo solita. El futuro empieza en diciembre y me empieza a dar cosita.
Etiquetas: (se)me ocurre
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home