20 marzo, 2007

Tristana, benito Pérez Galdós, 1892

Aquí estoy de vuelta a los clásicos de la literatura española. Dice el dicho que poc a poc i bona lletra, pues así voy yo con la Literatura con L mayúscula. Descubriendo y alucinando de lo buenos que son. Lo que más me ha impactado? La modernidad. Francamente: he flipado. Tristana es un personaje tan de hoy en día que no puedo creerme que alguien se la inventara hace más de un siglo. El castellano que usa Galdós es tan actual, que me comunica su ironía sin problemas, me hace reír, y finalmente me demuestra que nada de los que usamos en el castellano del s-XXI es inventado; ya se usaba en el XIX (!).
Tristana es recomendadísimo, fácil de leer, buen compañero de metro, pero también gran ensalzador de la independencia económica de la mujer, de su capacidad intelectual, de su poder de decisión sobre el matrimonio. Este libro habla, en resumen, del proceso de amor y desamor de una joven inexperta y maltratada. Pero según yo (que para esto es este blog, jo) creo que habla de como nada afecta al sentimiento de enamoramiento, ninguna desgracia ni prohibición lo hace desfallecer. Lo único que acaba con el encoñamiento, es la cruda realidad: el arrasador tiempo que todo lo destruye y todo lo coloca en su sitio.
Cuando se te pasa el encoñamiento ciego y llegas a ver a la persona que de verdad tienes al lado, entonces es el momento en el que decides querer o no querer, antes no se quiere, se idolatra ciegamente. En ese momento evalúas si esa persona hará tu vida mejor y más feliz o te la llenará de aburrimiento, desgracia y trifulcas. hay que decidir siempre con la cabeza todo lo fría que se pueda, aunque resulte casi imposible, porque sino, para cuando nos damos cuenta suele resultar demasiado tarde. Tristana vió con lucidez y decidió con buen juicio, ojalá más mujeres tuvieran la oportunidad y la serenidad de imitarla.

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