07 agosto, 2006

La voz dormida, Dulce Chacón, 2002

Había oído el nombre de Dulce chacón, pero nunca había leído nada de ella. Excelente técnica literaria. Me saco el sombrero. No soy muy fan de la poesía en el metro, así como lectura, pero me chifla la prosa poética de la buena, que no es fácil de encontrar. Chacón se revela como una maestra de este arte en remover sentimientos y provocas reacciones sin decir nada. Sólo con un punto y a parte, con una única palabra. Magnífico este libro.
Además habla de uno de mis temas favoritos: la guerra civil. Hay gente que cree que tener fascinación por la literatura hirtórica de guerra es ser morbosa, no lo creo. Es sólo rescatar la memoria, conocer. Creo que es peor desconocer, ocultar, enterrar el pasado para que "no estorbe". Lo más difícil en todos los conflictos es superar, aceptar, airear sin rencores. Conocer los hechos desde todos los puntos de vista, es el primer paso para llegar a cerrar ese capítulo. Es el mismo proceso de ver a tu ex y que no te den pinchazos en el estómago, ni rabia, ni envidia, nada. En ese momento sabes que lo has superado.
Preciosa historia de amor en tiempos de guerra, de esa España negra de la post-guerra española, esa que a nosostros nos han contado los padres y los abuelos, esa de la escasez de alimentos y la abundancia de miedos. Cito un párrafo especialmente emotivo que me tocó la fibra tanto por el contenido como por la forma. Recomendadísimo si os gusta este estilo.

Tomasa no pudo despedirse de Hortensia. Acurrucada en su dolor, a oscuras, en su celda y en silencia, se niega a dejarse vencer. Nuesta única obligación es sobrevivir, había dicho Hortensia en la última asamblea a la que ella asistió. Sobrevivir. Tomasa no permitirá que el dolor la aplaste contra el suelo. Sobrevivir. Locuras, las precisas, había dicho Hortensia. Locura. Ronda el silencio. El silencio hace su ronda y ronda la locura. Sobrevivir. Y ronda y ronda. No se lo vamos a poner tan fácil No. Tomasas no pudo despedirse de Hortensia. Se acurruca en su dolor. Sobrevivir. Y contar la historia, para que la locura no acompañe al silencio. Se levanta del suelo. Contar la historia. Se levanta y grita. Sobrevivir. Grita con todas sus fuerzas para ahuyentar el dolor. Resistir es vencer. Grita para llenar el silencia con la historia, con su historia, la suya. La historia de un dolor antiguo que ahoga el llanto de no haber podido despedirse de Hortensia. Tomasa camina dos pasos al frente, da la vuelta y recorre la celda, otros dos pasos.
Volver.
Llorar.Y cuenta a gritos su historia, para no morir.

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