24 abril, 2006

Los sindicalistas modernos

Ayer por la noche estuve viendo esta serie de T5, la de tirando a dar que parodia las situaciones que vivimos todos los días en las rateras también llamadas oficinas, y especialmente en las regentadas por los jefes típicamente espanish, esos mezcla abominable de desconocimiento absoluto y arrogancia machista. El primer capítulo no estuvo mal, aunque quizás abusó un poco de los típicos tópicos, y esos se terminan bastante rápido, así que ya veremos si logran sacar ideas originales para próximos capítulos.
Lo que sí me hizo esbozar una sonrisa cercana a la carcajada fue una frase del representante sindical de la susodicha empresa. En una escena aparece el director supremo y cuando se presenta le dice: "soy X, el representante sindical, pero yo soy de los sindicalistas modernos, de los que reman a favor". Ale! Ya hemos quedado todos retratados :-( Ni que decir tiene que lo que quería manifestar en mi foro particular anti-estrés es que NO estoy de acuerdo. Se puede hacer sindicalismo moderno remando en contra y con fuerza, sólo que las estrategias deben cambiar, los flancos de la batalla y las trincheras han de modificarse. No se puede hacer lucha sindicalista de los años 60 contra las grandes corporaciones del siglo XXI, aunque nos ampare una ley de los 70 y convenios redactados por señores qué es hotmail.
Ese es posiblemente el tremendo fallo propagandístico de los sindicatos actuales, de porque no hay afiliación masiva entre los jóvenes: es que no entienden de qué va esto de la lucha sindical! Hay que moverse al mundo digital, al correo electrónico, a un lenguaje que hable de seguridad, de salarios que permitan comprar un piso, irse de casa, de flexibilidad, de formación, de posibilidades de crecimiento, de igualdad. Y más importante que nada, hay que hacerlo en un lenguaje que llegue, alejarlo de la lucha de clases marxista y acercarla al abismo generacional de hoy en día. Lo jóvenes (menores de 20) no saben qué era el comunismo, la dictadura es Historia en mayúscula de la que se empollan para el examen, y los inmigrantes andaluces en chabolas eran sus bisabuelos. Demasiado lejos. Ellos hablan de Europa, de poder de marcas, de cambio de valores, de pasar de la política, del no a la guerra, de crear nuevos mundos, del foro de Porto Alegre, de inmigración y racismo. Señores sindicalistas, es hora de mover ficha.
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