28 mayo, 2007

Las intermitencias de la muerte, José Saramago, 2005

Vergüenza la mía, pero tengo que devolver este blog a su misión original: o sea: servirme de memoria sobre lo que leo y veo. Voy a tener que prescindir de los postings en la tripa, a no ser que mi vida se despeje un poco de ocupaciones...
Otra preciosa fábula de Saramago, en dos partes muy bien divididas. La primera en la linea política de los ensayos y la segunda más en la línea de las fábulas más tiernas y más originales de los tiempos modernos. Primero nos expone qué pasa en el mundo el día que la muerte decide no matar a nadie más durante meses. El caos y la reorganización de la sociedad de acuerdo a los nuevos estándards. Saramago usa el caso para cargar contra la iglesia católica con todas sus armas y su ironía de la más fina y más admirable. Posteriormente, personaliza a la muerte y nos cuenta sus peripecias en primera persona. No tengo nada más que resaltar de este libro que su frase de inicio: "Al día siguiente no murió nadie".
Como siempre, Saramago fantástico y siguiendo la línea del hombre duplicado, cierra magníficamente la historia sin dejar cabos sueltos, como un gran maestro. Compradlo y disfrutadlo porque vale la pena.

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