08 agosto, 2005

El misterio de la cripta embrujada, Eduardo Mendoza, 1978

Novelita de verano: divertida, entretenida, graciosa y bien escrita. Lo único que no me ha acabado de entusiasmar es imaginar cómo debía oler el protagonista al final de la novela. Fiuuuu... seguro que muy mal.
Un Eduardo Mendoza mucho más en la línea de Gurp y de sus clases de interpretación, que de la Ciudad de los Prodigios (que me aburrió un poco). Digo clases a propósito y aprovecho la ocasión para "fardar": Mendoza fue profe nuestro de interpretación simultánea en la facu. (sííííí, de la de Kenia también que es mi testigo de los inmemorables recuerdos de esos 4 años). Nunca había leído nada de Mendoza antes de ir a la facultad, pero como oírle hablar en las clases era un verdadero placer (no hacíamos otra cosa, y así me fue luego en el examen...) me decidí a probar suerte, y la suerte no me sonrió precisamente. La Ciudad de los prodigios me superó un poco. La terminé porque era interesante no porque fuera entretenida. En cambio Sin noticias de Gurp y éste último, me han hecho reír. Me los he leído de un tirón porque me engancharon. Recomendado para las tardes de playa en verano, los viajes en tren y para lectores poco amantes de los tochos de 500 páginas. También vale para el metro porque pesa poco y se lee bien. Cuidado con las risas en público en el vagón de metro a las 8 de la mañana, ya sabeis lo que pasa! (y si no ver posting sobre No Somos Nadie en el blog original)

Etiquetas: